Getsemaní
Barrio de Cartagena de Indias situado por fuera de la ciudad amurallada.
Historia de un barrio
La isla de los Franciscanos, hoy Getsemaní, era propiedad del contador Rodrigo Durán, a quien le fue adjudicada después de la conquista. Éste la vendió al Dean Juan Pérez de Materano, sin incluir el sitio donde en 1555 se construiría el Convento de San Francisco y la Iglesia de Nuestra Señora de Loreto, porque ya había sido donado por su esposa a los monjes Franciscanos. El Dean Materano dio el nombre de Getsemaní a la isla, en honor al sitio donde Jesús fue a orar y que significa lugar en expansión.
Durante el Siglo XVII pasó lentamente de ser un suburbio por fuera de la ciudad, habitado por personas marginadas del poder español, a formar parte de la actividad comercial, con una estratégica ubicación que podría debilitar la seguridad de la ciudad si no era tenido en cuenta. Entre 1625 y 1634 quedó cerrada buena parte del arrabal, convirtiéndose en un barrio más de la ciudad, al ser incluido dentro del casco urbano.
Era un barrio con población heterogénea, donde fácilmente convivían indígenas rezagados, negros ladinos, judíos, portugueses, españoles de poco poder, esclavos de servidumbre, y otros habitantes con profesiones liberales y de menor escala, como los artesanos.
El barrio de Getsemaní cumplió un importante papel a lo largo de siglo XVIII y principios del XIX. El refuerzo de fortificaciones como El Reducto y la Puerta de la Media Luna, impidieron no sólo algunos ataques externos, sino también movimientos internos que lentamente fueron tomando cuerpo en la ciudad, dándole un perfil de barrio revoltoso. En 1746 un grupo de soldados y oficiales que vivían en el barrio Jimaní (como también fue llamado, al igual que Jetsemaní, Gimaní, de acuerdo a la época), se tomaron el barrio exigiendo el pago de sueldos completos. Fue necesaria su militarización con refuerzos que llegaron procedentes de la Habana y Caracas, entre los que se encontraba el Coronel Pedro Romero, quien jugaría un importante papel durante la independencia.
Lentamente al barrio se fueron sumando negreros holandeses, ingleses y portugueses, al ser Cartagena un punto intermedio entre Jamaica, Panamá y las Antillas. Esclavos no legalizados y comerciantes (carpinteros, albañiles, sastres, zapateros, labradores, talabarteros, boticarios, herreros, mayordomos, soldados, armeros, entre muchos otros), también hacían parte del barrio, tal y como es posible encontrarlo en el censo realizado durante 1777.
Una población homogénea, marginada del poder, y la acumulación de dinero por parte de unos pocos en el barrio, proveniente del comercio de contrabando, alimentaron sentimientos de rebeldía, abonando el terreno para el apoyo a los independentistas.
Como señalan Raúl Paniagua y Rosa Díaz, “Las milicias de negros conocidas como Lanceros de Gimaní al mando del Coronel Pedro Romero, en las gestas de independencia se apoderaron de los principales baluartes del recinto fortificado de la ciudad y con el acicate de la arenga del presbítero Nicolás Mauricio Omaña en el Convento de San Francisco, marcharon a apoyar frente al Cabildo, a los hermanos Piñeres que defendían la independencia absoluta de España”. Y agregan: “Esta participación popular sirvió a los getsemanicenses para dos cosas muy concretas: la primera, que dio la oportunidad para que los historiadores les dedicaran unas líneas de importancia en la historia de la ciudad, y la otra, mostró evidentemente la estratégica posición de Getsemaní y las condiciones de subcultura que se mezclaban entre sus pobladores y que a lo largo de los siglos fue conformando un grupo sui géneris por las condiciones mismas de la subsistencia y su escasa participación en el poder político de la ciudad” [1].
Referencias
- ↑ PANIAGUA BEDOYA, RAÚL. Y DÍAZ DE PANIAGUA, ROSA, Getsemaní. Historia, Patrimonio y Bienestar Social en Cartagena. Cartagena, Coreducar, 1993, pp.13-59
Bibliografía
- LEMAITRE NOERO, MARÍA CLARA Y PALMETH, TATIANA, Getsemaní: El último cono donde desembocan los vientos. Medellín, Lealon, 2001.
- PANIAGUA BEDOYA, RAÚL. Y DÍAZ DE PANIAGUA, ROSA, Getsemaní. Historia, Patrimonio y Bienestar Social en Cartagena. Cartagena, Coreducar, 1993.
Véase también
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