María Justina Bucheli de Salazar
| Nombre | María Justina Bucheli de Salazar |
|---|---|
| Fecha de nacimiento | 8 de septiembre de 1898 |
| Nacionalidad | Colombiana |
| Ocupación | Pintora |
| Bachillerato | Liceo de la Merced Maridíaz de Pasto |
| País de nacimiento | Colombia, |
| Ciudad de nacimiento | Pasto |
| Fecha de fallecimiento | 4 de octubre de 1981 |
| País de fallecimiento | Colombia, |
| Ciudad de fallecimiento | Pasto |
| Familia | Medardo Bucheli Ayerbe (padre); Clara Elisa Benavides (madre); José María Bucheli (tío); José María, Esperanza, Franco y Magola (hijos) |
| Cónyuge | José María Salazar Albán |
Biografía
Conocida como María Bucheli de Salazar, nació en Pasto, el 8 de septiembre de 1898, y murió en esta misma ciudad el 4 de octubre de 1981. Fue hija del matrimonio formado por Clara Elisa Benavides y Medardo Bucheli Ayerbe, este último, hermano del político y del dos veces gobernador de Nariño Julián Bucheli (1904-1909 y 1919-1922). La familia Bucheli Ayerbe se caracterizó por su amor al conocimiento, la música y la escritura, y por sus intereses políticos. Su tío Julián, además de político, descolló en la poesía y su otro tío, José María Bucheli, fue un reconocido médico, músico y político, quien organizó la banda del departamento y ocupó diversos cargos públicos (Pérez, 1974, p. 18; Figueroa Santacruz, 2019, pp. 215-217).
María Bucheli nació y vivió en una época de mucho dinamismo, pues los partidos políticos del actual departamento de Nariño, luego de más de cuarenta años de lucha, culminaron con el propósito de constituir el departamento de Nariño, que en 1904 se separó del estado del Cauca. Para consolidar ese estatus crearon la Universidad de Nariño y lucharon por las construcciones de carreteras y del ferrocarril de Nariño, entre otras actividades. A su vez, la vida cultural se enriqueció con una élite intelectual comprometida que publicó periódicos, revistas y libros, y apoyó la apertura de los colegios San Felipe Neri, los Sagrados Corazones de Jesús y de María, el Colegio San Francisco Javier, el Liceo de la Merced, la Normal de Occidente y la Escuela Normal de Institutoras, que se unieron al antiguo Colegio Académico (Álvarez Hoyos, 2007, pp. 134-139; 505-508). Asimismo, se contó con la presencia de connotados músicos locales y extranjeros.
El dinamismo intelectual se plasmó en la publicación de numerosos periódicos, como El Precursor (1886), El Carácter (1891) y El Bien Público (1893) (Álvarez Hoyos, 2007, pp. 140-159). En la parte literaria primó la publicación de poemas de autores extranjeros, colombianos y locales, existiendo también espacio para las poetas. Sin embargo, en general, poco se tuvo en cuenta a las artes plásticas y a los artistas nariñenses, a excepción de la Revista Pasto (1940).
En ese contexto, el interés por el conocimiento que María Bucheli vivió en su familia se fortaleció al estudiar en el Liceo de la Merced Maridíaz de Pasto, que en esa época era regentado por religiosas franciscanas de origen suizo y alemán. La religiosa Caridad Brader (1860-1943) fue la fundadora de una casa de la comunidad en Túquerres (1893) y luego en Pasto (1905). A sus alumnas les enseñaba teoría musical, piano, violín y cítara (Guerrero Sánchez, 2025). La monja en mención se destacó por su elevada inteligencia, cuya progenitora se preocupó por darle una excelente formación desde el punto de vista católico y académico, formación que inculcó a sus alumnas (Vatican, 2003). Así mismo, la hermana alemana Bautista impartió entre sus alumnas una sólida formación musical, en particular en piano, y otras religiosas les enseñaron a pintar.
De acuerdo con el pintor y académico Gerardo Cortés (2004, p. 105), las religiosas franciscanas sabían que no todas las familias tenían la posibilidad de adquirir costosas litografías europeas; por esa razón, las alumnas debían ayudar a la decoración de sus hogares. Con ese propósito, les enseñaron a sus estudiantes pintura y las jóvenes estudiantes copiaron imágenes religiosas, paisajes europeos y bodegones, entre otros temas. Aplicaron una técnica conocida como relamido.
María Bucheli fue copista de láminas europeas como La barca. Su espíritu religioso se manifestó en la pintura de varios cuadros, entre ellos Cristo, El Divino Rostro, San José con el Niño Jesús y otras imágenes religiosas, pero no pintó vírgenes. Además elaboró paisajes, algunos son escenas marinas. En pequeño formato en tinta y en óleo retrató varias cabezas de hombres pobres.

A los 21 años y siendo soltera, presentó en la Exposición Departamental de 1919 el dibujo Cabeza de estudio, que obtuvo la medalla de oro. El premio desconcertó a algunos miembros de la sociedad porque lo obtuvo una mujer (Granda, 2000, p. 34), pero alegró a los conocedores de su trabajo, quienes estaban familiarizados con el éxito que habían logrado los estudios que había exhibido: temas locales de carácter social, en donde figuraron mendigos en harapos (Pérez, 1922, pp. 31-32). El contenido social de su obra se apartó de los cuadros religiosos que en su ciudad se elaboraban en esos años, donde, predominantemente, los artistas eran hombres. Además reflejan su creatividad. En 1922, el humanista Temístocles Pérez escribió: “aparecen abrazados en líneas ardientes de incomparable originalidad confundidas con las tintas suaves y los caprichosos detalles técnicos: son netamente suyos, tomados del natural y complejizados con la urdimbre de su gusto”. Pérez consideraba que sus estudios ocuparían un lugar prominente al lado de las obras de exquisitas pintoras bogotanas, como Margarita Holguín, Alicia Caviedes, Mercedes de Leudo y María Antonia Cuervo (p. 32).
El dibujo premiado fue la carátula de la revista Ritos en 1922. Hasta la fecha, es la primera portada que se ha podido identificar, de una revista pastusa elaborada por manos femeninas. A nombre de Ritos, Pérez (1922, p. 32) aplaudió y se congratuló por la rebeldía de Bucheli, quien, como otros artistas, innovó y rompió los viejos modelos académicos que seguían Tiziano Vecellio (c. 1488/1490-1576) y Bartolomé Murillo (1618-1682).
En una época en donde no todos los artistas pastusos firmaban sus obras, lo que en la actualidad dificulta su identificación, la artista los rubricó “María Bucheli” y en algunas de sus obras incluyó la fecha, lo que demuestra la seguridad que tenía en los cuadros que elaboraba.
Contrajo nupcias con el médico barbacoano José María Salazar Albán, quien paralelo a su ejercicio profesional se desempeñó como gobernador de Nariño en 1948. Además, en su departamento y en Pasto resultó elegido en varios cargos de representación popular. Fueron padres de cuatro hijos: José María, Esperanza, Franco y Magola. Su hijo José María estudió Medicina en la Universidad Javeriana en Bogotá y luego se especializó en Cardiología en Estados Unidos. Fue designado gobernador del departamento de Nariño entre 1964 y 1968 (Salazar de Trujillo, 2025).
María Bucheli, aparentemente, dejó de pintar al contraer matrimonio. Su hija Magola desconoce las razones de esa decisión ((Salazar de Trujillo, 2025). Es posible que se haya consagrado a la crianza de sus hijos, además de acompañar a su esposo en sus actividades políticas. De la pintora se han identificado alrededor de 20 cuadros, los que permanecen en manos de sus familiares. Aunque dejó las artes plásticas, ejecutó el piano a lo largo de su vida piezas de Ludwig van Beethoven, Franz Schubert, Franz Liszt, Fréderic Chopin y Richard Wagner, entre otros compositores. También ofreció conciertos a cuatro manos con la reconocida pianista y compositora María de la Cruz (Maruja) Hinestrosa de Rosero (Luna Salazar, 2025). En el contexto local, el periodista Juan del Sur (1940, p. 42) mencionó a María Bucheli de Salazar Albán como parte del elenco musical y artístico de Nariño. Suspendió la interpretación musical, cuando la salud ya no se lo permitió, pocos años antes del final de su existencia.
La lectura fue otra compañera permanente, pues le gustaba la historia, la poesía y los temas religiosos, y disfrutaba leyéndoles a sus nietos. Paralelamente, escribió poemas que se encuentran inéditos. Las personas la recuerdan como una mujer dulce, paciente, casera y mística. Manuel Zarama Delgado (2006, p. 189) la definió así: “la señora María, pianista y pintora de gran espiritualidad”. Residió en la casa paterna de su esposo, a pocas cuadras del Parque de Nariño, en la céntrica carrera 27 n.º 18-74.
María Bucheli de Salazar fue una pintora que con independencia plasmó nuevas tendencias artísticas que rompieron con las temáticas que se trabajaron en Pasto en los primeros lustros del siglo XX. Su decisión de abandonar la pintura truncaron los interesantes procesos artísticos que inició.
Análisis de contexto local

Según Osvaldo Granda (2000, pp. 34-35), en 1919 hubo una exposición de arte, la cual demostró la práctica y existencia de un arte local femenino gestado en el colegio de las franciscanas o en el taller de José Antonio Moreno. La certificación hecha de pintores y escultores manifestó que, en ese entonces, había un gran movimiento artístico atesorado en iglesias y colecciones privadas de indiscutible origen quiteño. Razón para que cobren validez el registro de obras atribuidas a autores pastusos y que nos permiten hablar de una incipiente “escuela nativa”.
Análisis formal
Las mujeres artistas de finales del siglo XIX y principios del XX fueron influenciadas por una variedad de movimientos estéticos y tendencias artísticas que se desarrollaron en Europa y América, entre ellas el impresionismo y el expresionismo de experiencia personal, permeado de simbolismo centrado en la emoción y la imaginación a través del uso de metáforas y símbolos.
En el caso de María Bucheli, a partir de sus retratos de ancianos se denota la exploración de la condición humana. En este caso, el representar una etapa avanzada de la vida inspira el pensar que ella hacia sus reflexiones sobre la mortalidad, la experiencia y la sabiduría. Por otra parte, capturan de la esencia y la personalidad de alguien que ha vivido una larga vida con todas sus experiencias y emociones.
El estudio de la textura y la edad
La piel arrugada, las canas y las líneas de expresión fueron temas interesantes para ella que buscaba explorar la edad con la textura, el color, la pincelada y el gesto en sus obras, haciendo quizá un homenaje a la sabiduría y la experiencia con dignidad y autoridad que puede acompañar la vejez. Su retrato de anciano en la revista Ritos fue una forma de explorar la memoria y la historia personal plasmando con originalidad la esencia de una época y cultura, como lo hizo Rembrandt en su época.
Véase también
Bibliografía
- Álvarez Hoyos, M. T. (2007). Élites intelectuales en el sur de Colombia. Rudecolombia, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Universidad de Nariño y ASCUN.
- Benavides Bucheli, R. (1.º de julio de 2025). Testimonio escrito de Rodrigo Benavides Bucheli, Pasto.
- Cortes, G. (2004). El arte en Pasto. Revista de Historia, X (70), 97-107.
- Del Sur, J. (1940). Nariño y su evolución instrumentalista-musical en la emoción nativa. Revista Pasto, 3, 38-44.
- Figueroa Santacruz, R. (2019). Fundación del Centro de Historia de Pasto. En Manual historia de Pasto, tomo XX. Academia Nariñense de Historia y Secretaría de Cultura Municipal.
- Granda, O. (2000). Notas sobre el arte en Pasto durante el siglo XIX. Universidad de Nariño.
- Guerrero Sánchez, C. (16 de julio de 2025). Testimonio escrito de César Guerrero Sánchez, San Salvador.
- Luna Salazar, G. (6 de julio de 2025). Testimonio oral de Gerardo Luna Salazar, Pasto.
- Pérez, T. (1922). De nuestro arte. Ritos, 4, 31-32.
- Salazar de Trujillo, M. (10 de junio de 2025). Testimonio oral de Magola Salazar de Trujillo, Pasto.
- Trujillo Salazar, F. (10 de junio de 2025). Testimonio oral de Fabricio Trujillo Salazar, Pasto.
- Vatican. (23 de marzo de 2003). Mother María Caridad Brader (1860-1943). https://www.vatican.va/news_services/liturgy/saints/ns_lit_doc_20030323_brader_en.html
- Zarama Delgado, M. (2006). La carrera 27 o calle de Popayán. En Manual historia de Pasto, tomo VIII. Academia Nariñense de Historia - Alcaldía de Pasto.
Créditos
- Noviembre 2025. Biografía escrita por Rosa Isabel Zarama y Elizabeth Garzón Yepes para Banrepcultural.
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