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Fue uno de los líderes locales participantes en la contrarrevolución de las Sabanas de Tolú y el Sinú en 1812. Vecino del sitio de Chinú, reconocido en 1802 por las autoridades de Cartagena como “un hombre alto, no muy grueso, de color zambo, cara redonda, poca barba y de oficio herrero” <ref> Archivo General de la Nación, Juicios Criminales, t. 64, folio 672: Certificación de los escribanos de Cartagena; MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel (editores), La contrarrevolución de los pueblos de las Sabanas de Tolú y el Sinú (1812), Bucaramanga, Universidad Industrial de Santander, 2010, p. 50 </ref>. Como se deduce de la certificación de los escribanos, no se trataba de una persona común y corriente; era un artesano dedicado a un oficio reconocido por las autoridades y la sociedad hispana. Por esa razón, su inserción en el orden político y social de la época supuso un protagonismo importante en los posteriores sucesos relacionados con las luchas por el mantenimiento del orden o la independencia. Su mujer es identificada en los documentos como Luisa Flores, con quien tuvo tres hijos: Francisco, Melchor y Toribío. | Fue uno de los líderes locales participantes en la contrarrevolución de las Sabanas de Tolú y el Sinú en 1812. Vecino del sitio de [[Chinú]], reconocido en 1802 por las autoridades de Cartagena como “un hombre alto, no muy grueso, de color zambo, cara redonda, poca barba y de oficio herrero” <ref> Archivo General de la Nación, Juicios Criminales, t. 64, folio 672: Certificación de los escribanos de Cartagena; MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel (editores), La contrarrevolución de los pueblos de las Sabanas de Tolú y el Sinú (1812), Bucaramanga, Universidad Industrial de Santander, 2010, p. 50 </ref>. Como se deduce de la certificación de los escribanos, no se trataba de una persona común y corriente; era un artesano dedicado a un oficio reconocido por las autoridades y la sociedad hispana. Por esa razón, su inserción en el orden político y social de la época supuso un protagonismo importante en los posteriores sucesos relacionados con las luchas por el mantenimiento del orden o la independencia. Su mujer es identificada en los documentos como Luisa Flores, con quien tuvo tres hijos: Francisco, Melchor y Toribío. | ||
Sus antecedentes participativos en la política local en el sentido que la concibe Garrido (2), esto es reclamos, representaciones, protestas, se presentó en 1798 cuando era residente en el sitio de Chinú <ref> GARRIDO, MARGARITA, Reclamos y representaciones. Variaciones sobre la política en el Nuevo Reino de Granada, 1770-1815, Bogotá, Banco de la República, 1993, pp. 14-19 </ref>. En esa oportunidad lideró un movimiento popular en contra del regidor de la villa de San Benito Abad, Agustín Núñez, quien también administraba justicia allí. Trascendió que el “alboroto” tuvo su origen en la solicitud de Núñez de limpiar el camino de “Caimito”, el cual pasaba precisamente por un hato de su propiedad. Por esta razón, Betín y otros vecinos (José Serpa, José Lozano, Esteban Álvarez, Domingo Reynalt, Carlos Lambertín, Manuel Bracamonte, Antonio y Casimiro López, Cecilio Salgado) se negaron a prestar el servicio personal. Betín realizó reuniones en su casa y cuando las autoridades parroquiales ordenaron la captura de los vecinos Domingo Reynalt y José Lozano, él lideró gente armada hasta lograr la libertad de los presos <ref> MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel, op. cit. (2010), p. 52 </ref>. Al mismo tiempo, los vecinos de Chinú elevaron ante las autoridades de Cartagena denuncias contra Núñez, acusándolo de usurero, defraudador de la Real Hacienda, falsificador de moneda y opresor del vecindario. Como se deduce de las denuncias, las tipificaciones de los delitos que, a juicio de los vecinos, estaba cometiendo Núñez, estaban indicando prácticas sociales y políticas cuyas líneas divisorias entre legalidad, legitimidad, ilegalidad e ilegitimidad eran borrosas. | Sus antecedentes participativos en la política local en el sentido que la concibe Garrido (2), esto es reclamos, representaciones, protestas, se presentó en 1798 cuando era residente en el sitio de Chinú <ref> GARRIDO, MARGARITA, Reclamos y representaciones. Variaciones sobre la política en el Nuevo Reino de Granada, 1770-1815, Bogotá, Banco de la República, 1993, pp. 14-19 </ref>. En esa oportunidad lideró un movimiento popular en contra del regidor de la villa de San Benito Abad, Agustín Núñez, quien también administraba justicia allí. Trascendió que el “alboroto” tuvo su origen en la solicitud de Núñez de limpiar el camino de “Caimito”, el cual pasaba precisamente por un hato de su propiedad. Por esta razón, Betín y otros vecinos (José Serpa, José Lozano, Esteban Álvarez, Domingo Reynalt, Carlos Lambertín, Manuel Bracamonte, Antonio y Casimiro López, Cecilio Salgado) se negaron a prestar el servicio personal. Betín realizó reuniones en su casa y cuando las autoridades parroquiales ordenaron la captura de los vecinos Domingo Reynalt y José Lozano, él lideró gente armada hasta lograr la libertad de los presos <ref> MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel, op. cit. (2010), p. 52 </ref>. Al mismo tiempo, los vecinos de Chinú elevaron ante las autoridades de Cartagena denuncias contra Núñez, acusándolo de usurero, defraudador de la Real Hacienda, falsificador de moneda y opresor del vecindario. Como se deduce de las denuncias, las tipificaciones de los delitos que, a juicio de los vecinos, estaba cometiendo Núñez, estaban indicando prácticas sociales y políticas cuyas líneas divisorias entre legalidad, legitimidad, ilegalidad e ilegitimidad eran borrosas. | ||
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Como era de esperarse en un contexto de crecientes tensiones políticas, territoriales, raciales y económicas, las autoridades de Cartagena ordenaron en 1799 una investigación cuyo resultado devino en la orden del capitán a guerra de San Benito Abad para capturar a Betín en su herrería, así como a los otros líderes de la “insurrección”, con el objeto de llevarlos a prisión en Cartagena. Se sabe que Betín logró escapar socorrido por su ayudante, su mujer y su hijo, quienes impidieron de forma armada que los ministros de justicia cumplieran la orden. Según la documentación de la época, Betín hacía alardes de su denotada resistencia afirmando por las poblaciones vecinas que acabaría con el capitán a guerra. En su huida llegó hasta el sitio de Plato, a orillas del río Magdalena, jurisdicción de la gobernación de Santa Marta, hasta donde llegó la orden de las autoridades de Cartagena en 1803 para apresarlo <ref> MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel, op. cit. (2010), pp. 53-54 </ref>. No obstante, Betín, quien residía allí con su mujer y su hijo Francisco, logró escapar nuevamente pero su compañera quedó en principio a merced de las autoridades, en convalecencia por complicaciones de parto, razón por la cual no lograron arrestarla inmediatamente. Al volver seis días después con el objeto de detenerla encontraron la casa vacía, pues Bettín, su mujer y su hijo se habían trasladado a la Boca de San Bartolomé, paraje a orillas del Magdalena pero en jurisdicción de Honda <ref> MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel, op. cit. (2010), p. 55 </ref>. En 1808 todavía el pleito legal y las órdenes de captura de Betín seguían sin resolverse; por esta razón el gobernador de Cartagena, Blas de Soria, ordenó la absolución de los procesados y la autorización para que volvieran a sus casas. | Como era de esperarse en un contexto de crecientes tensiones políticas, territoriales, raciales y económicas, las autoridades de Cartagena ordenaron en 1799 una investigación cuyo resultado devino en la orden del capitán a guerra de San Benito Abad para capturar a Betín en su herrería, así como a los otros líderes de la “insurrección”, con el objeto de llevarlos a prisión en Cartagena. Se sabe que Betín logró escapar socorrido por su ayudante, su mujer y su hijo, quienes impidieron de forma armada que los ministros de justicia cumplieran la orden. Según la documentación de la época, Betín hacía alardes de su denotada resistencia afirmando por las poblaciones vecinas que acabaría con el capitán a guerra. En su huida llegó hasta el sitio de Plato, a orillas del río Magdalena, jurisdicción de la gobernación de Santa Marta, hasta donde llegó la orden de las autoridades de Cartagena en 1803 para apresarlo <ref> MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel, op. cit. (2010), pp. 53-54 </ref>. No obstante, Betín, quien residía allí con su mujer y su hijo Francisco, logró escapar nuevamente pero su compañera quedó en principio a merced de las autoridades, en convalecencia por complicaciones de parto, razón por la cual no lograron arrestarla inmediatamente. Al volver seis días después con el objeto de detenerla encontraron la casa vacía, pues Bettín, su mujer y su hijo se habían trasladado a la Boca de San Bartolomé, paraje a orillas del Magdalena pero en jurisdicción de Honda <ref> MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel, op. cit. (2010), p. 55 </ref>. En 1808 todavía el pleito legal y las órdenes de captura de Betín seguían sin resolverse; por esta razón el gobernador de Cartagena, Blas de Soria, ordenó la absolución de los procesados y la autorización para que volvieran a sus casas. | ||
Los alborotos de Chinú, al decir de Martínez y Gutiérrez, son significativos porque permiten comprender de mejor manera el contexto de la contrarrevolución de las Sabanas de Tolú y el Sinú quince años después <ref> MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel, op. cit. (2010) </ref>. Así, aparte de mostrar las tensiones entre Cartagena y sus parroquias, partidos y distritos del sur de la provincia, sugieren también que la experiencia que estas poblaciones y sus líderes del común y corriente tuvieron fue desplegada en la contrarrevolución de 1812. Betín fue nombrado por el oficial español comandante en jefe de la Expedición del Magdalena, Pedro Domínguez, como comandante de armas de Chinú. Se sabe, además, que Manuel Betín entró el 23 de septiembre de ese año con una partida de 500 hombres, el “ejército de Chinú”, a la plaza de Corozal donde se iniciaron las acciones en contra de las autoridades de Cartagena <ref> MCFARLANE, ANTHONY, “La revolución de las Sabanas: Rebelión popular y contrarrevolución en el Estado de Cartagena, 1812”, en CALVO, HAROLDO y MEISEL, ADOLFO (editores), Cartagena de Indias en la independencia, Cartagena, Banco de la República, 2011, pp. 223-233 </ref>. | Los alborotos de [[Chinú]], al decir de Martínez y Gutiérrez, son significativos porque permiten comprender de mejor manera el contexto de la contrarrevolución de las Sabanas de Tolú y el Sinú quince años después <ref> MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel, op. cit. (2010) </ref>. Así, aparte de mostrar las tensiones entre Cartagena y sus parroquias, partidos y distritos del sur de la provincia, sugieren también que la experiencia que estas poblaciones y sus líderes del común y corriente tuvieron fue desplegada en la contrarrevolución de 1812. Betín fue nombrado por el oficial español comandante en jefe de la Expedición del Magdalena, Pedro Domínguez, como comandante de armas de [[Chinú]]. Se sabe, además, que Manuel Betín entró el 23 de septiembre de ese año con una partida de 500 hombres, el “ejército de Chinú”, a la plaza de Corozal donde se iniciaron las acciones en contra de las autoridades de Cartagena <ref> MCFARLANE, ANTHONY, “La revolución de las Sabanas: Rebelión popular y contrarrevolución en el Estado de Cartagena, 1812”, en CALVO, HAROLDO y MEISEL, ADOLFO (editores), Cartagena de Indias en la independencia, Cartagena, Banco de la República, 2011, pp. 223-233 </ref>. | ||
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* MCFARLANE, ANTHONY, “La revolución de las Sabanas: Rebelión popular y contrarrevolución en el Estado de Cartagena, 1812”, en CALVO, HAROLDO y MEISEL, ADOLFO (editores), Cartagena de Indias en la independencia, Cartagena, Banco de la República, 2011, pp. 215-247. | * MCFARLANE, ANTHONY, “La revolución de las Sabanas: Rebelión popular y contrarrevolución en el Estado de Cartagena, 1812”, en CALVO, HAROLDO y MEISEL, ADOLFO (editores), Cartagena de Indias en la independencia, Cartagena, Banco de la República, 2011, pp. 215-247. | ||
==Véase también== | |||
* [[Proyecto:Bicentenario]] | |||
* [[Río Sinú]] | |||
* [[Revolución de las sabanas]] | |||
* [[Padre Pedro Mártir Vásquez|padre pedro]] | |||
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Revisión del 12:55 29 jun 2021
Fue uno de los líderes locales participantes en la contrarrevolución de las Sabanas de Tolú y el Sinú en 1812. Vecino del sitio de Chinú, reconocido en 1802 por las autoridades de Cartagena como “un hombre alto, no muy grueso, de color zambo, cara redonda, poca barba y de oficio herrero” [1]. Como se deduce de la certificación de los escribanos, no se trataba de una persona común y corriente; era un artesano dedicado a un oficio reconocido por las autoridades y la sociedad hispana. Por esa razón, su inserción en el orden político y social de la época supuso un protagonismo importante en los posteriores sucesos relacionados con las luchas por el mantenimiento del orden o la independencia. Su mujer es identificada en los documentos como Luisa Flores, con quien tuvo tres hijos: Francisco, Melchor y Toribío.
Sus antecedentes participativos en la política local en el sentido que la concibe Garrido (2), esto es reclamos, representaciones, protestas, se presentó en 1798 cuando era residente en el sitio de Chinú [2]. En esa oportunidad lideró un movimiento popular en contra del regidor de la villa de San Benito Abad, Agustín Núñez, quien también administraba justicia allí. Trascendió que el “alboroto” tuvo su origen en la solicitud de Núñez de limpiar el camino de “Caimito”, el cual pasaba precisamente por un hato de su propiedad. Por esta razón, Betín y otros vecinos (José Serpa, José Lozano, Esteban Álvarez, Domingo Reynalt, Carlos Lambertín, Manuel Bracamonte, Antonio y Casimiro López, Cecilio Salgado) se negaron a prestar el servicio personal. Betín realizó reuniones en su casa y cuando las autoridades parroquiales ordenaron la captura de los vecinos Domingo Reynalt y José Lozano, él lideró gente armada hasta lograr la libertad de los presos [3]. Al mismo tiempo, los vecinos de Chinú elevaron ante las autoridades de Cartagena denuncias contra Núñez, acusándolo de usurero, defraudador de la Real Hacienda, falsificador de moneda y opresor del vecindario. Como se deduce de las denuncias, las tipificaciones de los delitos que, a juicio de los vecinos, estaba cometiendo Núñez, estaban indicando prácticas sociales y políticas cuyas líneas divisorias entre legalidad, legitimidad, ilegalidad e ilegitimidad eran borrosas.
Como era de esperarse en un contexto de crecientes tensiones políticas, territoriales, raciales y económicas, las autoridades de Cartagena ordenaron en 1799 una investigación cuyo resultado devino en la orden del capitán a guerra de San Benito Abad para capturar a Betín en su herrería, así como a los otros líderes de la “insurrección”, con el objeto de llevarlos a prisión en Cartagena. Se sabe que Betín logró escapar socorrido por su ayudante, su mujer y su hijo, quienes impidieron de forma armada que los ministros de justicia cumplieran la orden. Según la documentación de la época, Betín hacía alardes de su denotada resistencia afirmando por las poblaciones vecinas que acabaría con el capitán a guerra. En su huida llegó hasta el sitio de Plato, a orillas del río Magdalena, jurisdicción de la gobernación de Santa Marta, hasta donde llegó la orden de las autoridades de Cartagena en 1803 para apresarlo [4]. No obstante, Betín, quien residía allí con su mujer y su hijo Francisco, logró escapar nuevamente pero su compañera quedó en principio a merced de las autoridades, en convalecencia por complicaciones de parto, razón por la cual no lograron arrestarla inmediatamente. Al volver seis días después con el objeto de detenerla encontraron la casa vacía, pues Bettín, su mujer y su hijo se habían trasladado a la Boca de San Bartolomé, paraje a orillas del Magdalena pero en jurisdicción de Honda [5]. En 1808 todavía el pleito legal y las órdenes de captura de Betín seguían sin resolverse; por esta razón el gobernador de Cartagena, Blas de Soria, ordenó la absolución de los procesados y la autorización para que volvieran a sus casas.
Los alborotos de Chinú, al decir de Martínez y Gutiérrez, son significativos porque permiten comprender de mejor manera el contexto de la contrarrevolución de las Sabanas de Tolú y el Sinú quince años después [6]. Así, aparte de mostrar las tensiones entre Cartagena y sus parroquias, partidos y distritos del sur de la provincia, sugieren también que la experiencia que estas poblaciones y sus líderes del común y corriente tuvieron fue desplegada en la contrarrevolución de 1812. Betín fue nombrado por el oficial español comandante en jefe de la Expedición del Magdalena, Pedro Domínguez, como comandante de armas de Chinú. Se sabe, además, que Manuel Betín entró el 23 de septiembre de ese año con una partida de 500 hombres, el “ejército de Chinú”, a la plaza de Corozal donde se iniciaron las acciones en contra de las autoridades de Cartagena [7].
Referencias
- ↑ Archivo General de la Nación, Juicios Criminales, t. 64, folio 672: Certificación de los escribanos de Cartagena; MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel (editores), La contrarrevolución de los pueblos de las Sabanas de Tolú y el Sinú (1812), Bucaramanga, Universidad Industrial de Santander, 2010, p. 50
- ↑ GARRIDO, MARGARITA, Reclamos y representaciones. Variaciones sobre la política en el Nuevo Reino de Granada, 1770-1815, Bogotá, Banco de la República, 1993, pp. 14-19
- ↑ MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel, op. cit. (2010), p. 52
- ↑ MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel, op. cit. (2010), pp. 53-54
- ↑ MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel, op. cit. (2010), p. 55
- ↑ MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel, op. cit. (2010)
- ↑ MCFARLANE, ANTHONY, “La revolución de las Sabanas: Rebelión popular y contrarrevolución en el Estado de Cartagena, 1812”, en CALVO, HAROLDO y MEISEL, ADOLFO (editores), Cartagena de Indias en la independencia, Cartagena, Banco de la República, 2011, pp. 223-233
Bibliografía
- GARRIDO, MARGARITA, Reclamos y representaciones. Variaciones sobre la política en el Nuevo Reino de Granada, 1770-1815, Bogotá, Banco de la República, 1993.
- MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel (editores), La contrarrevolución de los pueblos de las Sabanas de Tolú y el Sinú (1812), Bucaramanga, Universidad Industrial de Santander, 2010.
- MCFARLANE, ANTHONY, “La revolución de las Sabanas: Rebelión popular y contrarrevolución en el Estado de Cartagena, 1812”, en CALVO, HAROLDO y MEISEL, ADOLFO (editores), Cartagena de Indias en la independencia, Cartagena, Banco de la República, 2011, pp. 215-247.
Véase también
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